domingo, 1 de julio de 2007

SIMPOSIO "ESPACIOS, PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES: CULTURA POLÍTICA DE LOS TRABAJADORES, DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIÓN"

El Subproyecto de Investigación "Ciudadanía y cultura política democrática ante los retos de la globalización" del Macro proyecto 4 de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, "Diversidad, Cultura Nacional y Democracia en los tiempos de la globalización: las Humanidades y las Ciencias Sociales frente a los desafíos del siglo XXI"


se complace en invitar a los investigadores interesados en participar en el


Simposio

Espacios, prácticas y representaciones: cultura política de los trabajadores, de la Independencia a la Revolución


que se llevará a cabo los días 10, 12, 13 y 14 de septiembre de 2007

La historiografía contemporánea cuenta con una gran cantidad de investigaciones en torno al mundo del trabajo y los trabajadores a lo largo de los siglos XIX y principios del XX. Entre otras cosas, las investigaciones en torno a estos temas dan muestra de una importante diversidad de objetivos y de métodos empleados: desde los marcos teóricos y conceptuales que orientaron la acción política de los trabajadores, pasando por las condiciones económicas en las que se insertaba el desarrollo del capitalismo mexicano, hasta las concepciones sociales en torno al trabajo como principal valor moral de la sociedad y los diversos modos de resistencia social producidos por los trabajadores. Paralelamente a este desarrollo cuantitativo, en las últimas décadas la historiografía ha profundizado en la interpretación de imaginarios, estrategias políticas, construcciones ideológicas y prácticas culturales de diversos sectores sociales. En estos estudios, para acceder a la dimensión simbólica de sus prácticas culturales, y analizar la configuración de sus espacios sociales, se ha prestado particular interés en la articulación de representaciones y prácticas de diversos sectores sociales, en la reinterpretación de sus construcciones identitarias, en la reconstrucción, en fin, de las particularidades de su articulación social y política. En este contexto (además de advertir en los estudios con respecto al trabajo y los trabajadores en el siglo XIX y principios del XX, un creciente interés por revitalizar la dimensión política de las relaciones sociales desde una perspectiva de análisis que se enfrenta a estos condicionantes culturales), consideramos que es necesario profundizar nuestras reflexiones en torno al tipo de vínculos sociales que dieron lugar a las culturas políticas de los trabajadores decimonónicos, en virtud de que se trata de un sector social que adquirió un innegable protagonismo en la elaboración de los discursos políticos contemporáneos, sin cuya comprensión cabal los estudios historiográficos sobre la materia se verían incompletos.

Pensamos que, en esta labor, es de suma importancia el intercambio académico, razón por la cual proponemos la celebración de un encuentro de estudiosos de la historia que atienda a estos temas. En principio, en lo que toca a la cultura política, consideramos que se trata de una categoría que amerita ser discutida a profundidad y definida con cierta precisión, atendiendo a su constante movilidad. En principio existe cierto acuerdo preliminar en considerar que este concepto abarca tanto un conjunto de valores, creencias, sensibilidades, interpretaciones históricas, estrategias de acción, elementos de legitimidad y principios morales que encauzan las normas de la política y lo político; como una serie de problemas de orden institucional y comunitario que dan la pauta para organizar la de producción y reproducción material y simbólica de la comunidad, el establecimiento de jerarquías sociales, la justificación de prácticas de intervención política, así como modos de organizar las celebraciones de la comunidad. Así por ejemplo, para el estudio de la cultura laboral del siglo XIX y principios del XX es necesario exponer el modo en que se ocupó el lugar de trabajo, fueran este un taller artesanal, la fábrica o la misma calle. El espacio donde se labora, pero también el espacio de diversión y entretenimiento que permitieron complementar la vida laboral y hacerla más llevadera. Es necesario detenerse en el modo en que se construyó y organizó el espacio de trabajo y el modo en que se habitaban los espacios familiares o comunitarios. Los pueblos y colonias obreras, las vecindades y accesorias. Los lugares de vida y convivencia. Es necesario, asimismo, ahondar en el estudio de la ritualidad y las mitologías republicanas (de las que se derivan, entre otras vertientes del pensamiento político, el liberalismo, el socialismo y el anarquismo), abarcando la producción simbólica, la elaboración (invención, adaptación, inversión, resignificación) de mitos que sirvieron para articular la identidad política de los sectores obreros.

Del mismo modo, vale la pena analizar el funcionamiento de las prácticas propias de estos sectores, como las veladas literarias, los festejos obreros del 15 de septiembre y 1 de mayo, entre otras fechas, así como las formas de manifestación y protesta, prácticas en las que se pronunciaron discursos, se establecieron rituales, se promovieron parámetros identitarios y se pusieron en escena diversos idearios en cuyo centro se encuentran los obreros. A través del estudio de estas prácticas es posible encontrar una de las rutas para acceder a concepciones sobre la moral, la ética, las jerarquías sociales, los órdenes políticos, etc., en suma, los imaginarios sociales propios de estos sectores, frecuentemente en contraste con los imaginarios desplegados desde las esferas oficiales. Así, a partir del estudio de este tipo de prácticas culturales le es posible al historiador adentrarse en los modos de construcción y funcionamiento de legitimidades bajo la lógica de las llamadas culturas obreras, así como la construcción de identidades en torno al trabajo sobre los ejes fundamentales de la moral y la política. La cultura política establece un vínculo entre las prácticas y las representaciones que organizan, distinguen, confrontan o armonizan a los diferentes grupos sociales. Una cultura política, entonces, permite dar forma a la identidad de los sujetos sociales, aunque no parece claro que "la cultura política constituya un conjunto coherente" de elementos, y mucho menos claro cuando nos preguntamos cómo es que se establece la "estrecha relación" entre estos distintos elementos. Nos parece indispensable discutir y profundizar en el análisis del funcionamiento de los espacios, prácticas y representaciones propios de los trabajadores para poder acercarnos a hipótesis en torno, por ejemplo, de si podemos hablar de una o de varias culturas políticas, así como para poder delinear los límites y alcances de esta forma de conceptualizar la realidad social del trabajo en el siglo XIX.

Nos interesa profundamente tener la oportunidad de realizar, junto con otros investigadores, un debate en torno a lo amplio y diverso de la cultura política de los trabajadores en torno a los siguientes ejes propuestos: 1. Espacios.Espacios laborales: fábricas, talleres, trabajo a destajo, etc.Espacios de diversión: fiestas, casinos obreros, conmemoraciones cívicas, teatro, etc. 2. Prácticas.Prácticas de resistencia: sabotaje, huelgas, motines, manifestaciones, etc.Prácticas celebratorias: conmemoraciones, veladas literarias, bailes, conciertos, etc.Prácticas de difusión y discusión: periodismo y literatura. El trabajo: organización laboral, identidades y solidaridades. 3. Representaciones.Imágenes del trabajo, del capital, de la explotación; de la burguesía, de los pobres, de la revolución. Para un mejor funcionamiento logístico del Simposio, le solicitamos nos confirme su asistencia, y nos haga llegar el título de su ponencia y un breve resumen de la misma a más tardar el día 13 de julio del año en curso. Para cualquier duda, aclaración o comentario, así como para las confirmaciones de asistencia y presentación de títulos, nos puede contactar en los siguientes correos:
Miguel Orduña Carson: miguelordunacarson@yahoo.com.mx
Alejandro de la Torre Hernández: adelatorre77@gmail.com

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